lunes, 31 de enero de 2011

Las Lamias. Seres de folklore y fantasía

Las Lamias son seres populares del folklore de muchos países europeos. Seres habitantes de los bosques y siempre relacionados con los entornos naturales. Son considerados una especie de hadas. Personajes de sexo femenino, aladas y muy bellas.

Las lamias responden a la figura de seres nocturnos que poseen una fisonomia antropomorfa y sexo femenino. Generalmente Las lamias presentan patas de ave palmípeda en vez de pies.

Estos seres nocturnos suelen ocultarse durante el día ya que la propia luz del sol anula su poder y es por la noche cuando las Lamias mantiene su mayor actividad.

El folklore sobre estos seres habla de sus hábitos y sus costumbres. Seres coquetos cuidadores de su belleza que dedican horas y parte de su tiempo al cuidado de su belleza y sus rubias cabelleras peindas con peines de oro.

Este peine viene a simbolizar su poder, y la atracción y ambición que sufren los humanos por poseerlos los ha llevado muchas veces a sufrir la ira de las lamias. Muchas son las leyendas que cuentan como los humanos robaban estos peines y se veían envueltos en una serie de desgracias hasta que los devolvían.

Las leyendas hablan de que estos seres gozaban de gran longevidad pudiendo vivir durante cientos de años.

Es sabido que las lamias intentan esquivar a los humanos, pero hay una leyenda muy extendida que cuenta como un pastor y una lamia se enamoraron.

El pastor volvía a casa con su rebaño al atardecer y en medio del monte se encontró con una joven y bella lamia. Se enamoraron al instante y se comprometieron para casarse.

Al llegar a casa el pastor le comentó a su madre lo que le había pasado y a ésta le extrañó que su hijo se hubiera encontrado a una mujer sola en el monte cuando estaba anocheciendo. La madre le avisó al hijo de que podía ser una lamia y que de ser así no aprobaría el matrimonio. Le dijo que antes de casarse con ella le mirara los pies a la dama.

Al pastor le entraron las dudas y al día siguiente cuando la vio le miró los pies y descubrió que su enamorada tenía los pies de pato. Entonces rompió el compromiso de matrimonio y volvió a casa. Aún así, el muchacho seguía enamorado de la lamia y no tardó en enfermar de amor. Al poco tiempo murió.

Cuentan que la lamia asistió al funeral, pero que no pasó de la puerta de la iglesia.
 
 

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