lunes, 10 de enero de 2011

¿EXISTE EL HOMBRE DE LAS NIEVES?

En 1935, el paleontólogo holandés Ralph von Koenigswald se encontraba en Hong Kong. En una farmacia encontró una pieza dental fosilizada que los farmacéuticos llamaban “diente de dragón”, y usaban desde tiempos ancestrales, pulverizada, para preparar algunas de sus medicinas. Von Koenigswald comenzó entonces la búsqueda del animal al que había pertenecido, búsqueda que acompañaron y continuaron distintos paleontólogos en el mundo.

Desde ese momento se han encontrado 3 mandíbulas y varios centenares de dientes, no sólo en China, sino también en Vietnam. Estos resultaron pertenecer a un simio gigante que se extinguió hace aproximadamente 500.000 años y al que los paleontólogos denominaron Gigantopithecus blacki. Se supone que apareció hace 6 millones de años y llegó a convivir con otras dos especies conocidas: el panda gigante y... el Homo Erectus. Recién en el año 2005 pudo determinarse la antigüedad de los restos encontrados a partir de 1935.




En base a estos restos, tomando como premisa que este animal podía ser similar a los grandes primates, y por cálculo de proporciones, se hizo una reconstrucción para determinar su apariencia. El resultado es un extraordinario simio de más de 3 metros y medio de altura (y alrededor de 500 kg de peso).







Vista la reconstrucción, no podemos negar que se parece muchísimo al ser que relatan haber visto tantas y tantas personas en todo el mundo, y al que dan distintos nombres:
·        Dzón Glai Edmai en la India,
·        Sasquatch en Canadá,
·        Almus y'en los mongoles,
·        Metoh Kangmi o Yeh-teh o Mih-teh los sherpas de Nepal,
·        Nyalmo o Rimi o Rackshi bompo los lamas,
·        Migyur en Bután,
·        Snezhnyi Chelovek los campesinos de la estepa siberiana, Dev en el Monte Pamir,
·        Kaptar los habitantes del Cáucaso,
·        Ucumar en Argentina,
·        Maricoxi en Brasil. Sí, señores, hablamos del yeti.
Algunas teorías, como la del reconocido biólogo y bioquímico inglés Geoffrey H. Bourne, asocian el Gigantopithecus blacki con el Yeti y el Sasquatch.  Bourne creía que era posible que el Gigantopithecus hubiera cruzado desde Asia a América por el estrecho de Bering, tal como se supone que hicieron los antepasados del hombre actual.
El tema del yeti presenta varias aristas confusas. Por un lado, los testimonios de aquellos que dicen haberlo visto hombre de nieve no son exactamente coincidentes: sí, tiene aspecto de mono, sí tiene pelo en todo el cuerpo, sí, huye temeroso (en general) ante la presencia humana, pero los relatos difieren en cuanto al tamaño, color del pelo y cantidad de dedos en los pies. De hecho, de todas las fotografías tomadas hasta la fecha de huellas de este ser, en algunas se ven cinco dedos y en otras cuatro. Además, el hecho de que se haya visto en zonas tan disímiles en cuanto a sus características físicas (bosques, selvas, montañas heladas) hace suponer que también deben variar sus hábitos. Claro, si es que existe.
Los testimonios, tanto orales como fotográficos, provienen del más variado tipo de personas: lamas tibetanos, sherpas, fotógrafos de revistas científicas, alpinistas, diplomáticos, militares, pobladores de las distintas zonas de avistamiento habitual. La inmensa mayoría de indudable seriedad.
Pero también ha habido en estos años muchísimos engaños (vaya uno a saber con qué fin): videos fraguados, fotos de huellas indefinidas, relatos dudosos.

1 comentario:

  1. Pues creo ke lo deel mono gigante es una realidad no existe hombre delas nieves

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